Tu carne y la mía se pudren lentamente con el paso del tiempo que no perdona ni consiente nimiedades.
En tal caso ¿Hay algo que la muerte no se robe? Tal vez sea el amor la única bandera que el viento no arrastra a parajes desconocidos, el faro imperturbable que jamás se ahoga en el mar. Y el aroma de las tazas de té que seducen nuestras almas, al igual que el aliento que sopla tus labios de rubí ¿Qué me puedes decir entonces? Alzaré mi estandarte para que logres verlo desde el horizonte. Cortaré mi lengua, puesto que nunca será mi intención herirte en medio de arrebatos de calamidad.; enterraré mis piernas en un abismo, esperando de tu lado no apartarme, cuando grites mi nombre. Entonces correré en tu ayuda, los cielos se abrirán y los mortales llorarán de dicha. He cifrado toda mi fe en tu amor ¿Cómo apartarme de quien me mantiene aferrada al centro mismo del universo? Eres mi esperanza y por consiguiente, seré tuya eternamente, hasta el fin de los tiempos.
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